sábado, 28 de mayo de 2011

la carne de las máquinas



tuve que detener la lectura de narrativa. hay días, no sé si para ustedes, en que la narrativa se les vuelve algo más, como un pedazo de carne que se pudre en algún rincón de casa; en cambio la poesía o el ensayo una suerte de origen al que hay que regresar sin asco, con alivio, con toda tranquilidad .
c. me regaló este libro. estética de lo peor de josé luis pardo, publicado por barataria y pasos perdidos.

y apunté estas palabras claves:

aparición del artista moderno como profesional
falta de oficio
arte y consumo
líder carismático v/s artista
arte y mercado
arte y capitalismo tardío
líder carismático e imposición de estética
falta de oficio
el cuerpo del signo del cuerpo del signo del cuerpo
pérdida de lo sagrado
fuerzas represivas
vanguardismo (enfermedad infantil del arte)
anti-vanguardismo (enfermedad senil)


después me quedé dormida. me desperté y @alguienalguienalguien me envió el video de desalojo de plaza cataluña. palabras claves: violencia, sangre, carne, palos, mossos d´esquadra, desalojo para celebrar el fútbol, limpieza para celebrar el fútbol, 15M, ¡no pasarán!, ¡no pasarán! ¡no pasarán! human rights petition


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La reactivación económica mundial, lograda por medio de una colosal inyección de gasto público en el circuito económico (de los EEUU a China), es frágil pero real. Un solo continente se queda atrasado, Europa. Encontrar el camino del crecimiento no es su prioridad política. Europa entró en otra vía: la de la lucha contra los déficits públicos.

En la Unión Europea estos déficits son elevados, es verdad, -7% en promedio en el 2010-, pero mucho menos que el 11% de los EEUU. Mientras algunos Estados norteamericanos de peso económico superior al de Grecia, California por ejemplo, están cercanos a la quiebra, los mercados financieros decidieron especular sobre la deuda soberana de los países europeos, particularmente los del sur. Europa está prisionera de su propia trampa institucional: los Estados deben tomar créditos ante instituciones financieras privadas que obtienen liquidez a bajo precio del Banco Central Europeo. Así, los mercados tienen la llave del financiamiento de los Estados. En este marco la ausencia de solidaridad europea suscita la especulación, tanto más cuanto que las agencias de calificación juegan a acentuar la desconfianza.

Fue necesaria la degradación de la nota de Grecia por la agencia Moody’s el 15 de junio, para que los dirigentes europeos retomaran el término de “irracionalidad” que tanto emplearon al inicio de la crisis de los subprimes. De este modo se descubre que España está más amenazada por la fragilidad de su modelo de crecimiento y de su sistema bancario que por su deuda pública.

Para “tranquilizar los mercados” se improvisó un Fondo de estabilización del euro, y se lanzaron por toda Europa drásticos, y a menudo ciegos, planes de reducción del gasto público. Los funcionarios son las primeras víctimas, incluso en Francia, en donde el alza de cotizaciones de su previsión será una disimulada baja de sus salarios. El número de funcionarios disminuye en todas partes, amenazando los servicios públicos. Las prestaciones sociales, de los Países Bajos a Portugal, pasando por Francia con su actual reforma de la previsión, están siendo gravemente amputadas. El paro y la precariedad del empleo crecerán forzosamente en los años venideros. Estas medidas son irresponsables desde un punto de vista político y social, e incluso en el estricto ámbito económico.

Esta política, que ha calmado provisoriamente la especulación, tiene ya consecuencias sociales muy negativas en numerosos países europeos, particularmente en la juventud, el mundo del trabajo y los más vulnerables. A corto plazo agudizará las tensiones en Europa y con ello amenazará la propia construcción europea que es mucho más que un proyecto económico. Allí la economía debiese estar al servicio de la construcción de un continente democrático, pacificado y unido. En lugar de eso, se impone por todas partes una forma de dictadura de los mercados, y especialmente hoy en día en Portugal, España y Grecia, tres países que aun eran dictaduras a principios de los años 1970, hace apenas cuarenta años.

claudia apablaza dijo...

eso me huele a algún manifiesto... de cuál lo sacaste?